“La casa de Ángela”
Los ruidos a través de la ventana me despiertan. Son las nueve de la mañana y aunque hoy puedo dormir, parece que no va a ser posible. Voy averiguar quién ha decidido que no duermo, que esta mañana de relax y descanso, tengo que ponerme en pie y comenzar el día. Me asomo a la ventana y veo que en el local de enfrente de mi casa, están montando lo que parece una tienda, y como no tengo nada que hacer hoy, me preparo un café y comienzo el día soñando, inventando y descubriendo que es lo que hacen.
El interior de la tienda está pintado de blanco, un color neutro que no me da ningún dato para poder empezar. Creo que excepto un bar de copas, cualquier otro local podría tener ese color. Preguntar por el color de las paredes de un local no es una de las siete preguntas claves para adivinar de qué se trata.
Lo siguiente que descubro, si me da algún dato más, o al menos me descarta algunas posibilidades. Unos obreros entran en salen con un montón de cristales, lo que supongo que va destinado a ser vitrinas o similar, porque no creo que vayan a crear muros de cristal. Ahora si puedo empezar a imaginar. Ya sé que no es una tienda de telas, pues tenerlas en vitrinas y dejar tocar a cada cliente que material, sería poco práctico. También sé que no se trata de una tienda de dulces: ¿os imagináis a un centenar de niños abriendo y cerrando vitrinas? No durarían ni tres niños. Pero por el contrario podría ser una pastelería, y con lo que me gustan los pasteles, sería la mejor noticia de esta mañana. Ya que no he podido dormir, al menos que el final de la historia me deje un sabor dulce. Aunque también podría ser una joyería, y teniendo en cuenta que el presupuesto de una estudiante da para arroz, lentejas, pasta y pollo, creo que sería poco útil para mí.
En las siguientes tres horas, nada de lo que hacen los obreros me da ninguna pista más, y teniendo en cuenta además que son seis, pero como siempre dos trabajan y cuatro miran, pues el trabajo no avanza demasiado. Han metido cables, colocado enchufes e interruptores, y como son las doce pasadas, pues llega la parada del bocadillo y ya no puedo seguir jugando. Decido imitarles y dejar mi juego para mañana. Pues después de comer algo, tengo que irme a trabajar.
Bajo la persiana y dejo mi juego para mañana…
ÁNGELA
lunes, 24 de mayo de 2010
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El cristal es un material maravilloso, deja pasar la luz, se ve através de él y no oculta nada.
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